lunes, 4 de junio de 2012

SABER ACUNAR


 
A lo largo de los siglos todas las madres han acunado a sus hijos.




        Y las niñas acunan a sus muñecas.






 Acunar es un modo de calmar, de serenar, de tranquilizar y sobre todo de espantar al miedo.

            Acunar es un modo de entrar en comunión íntima del uno con el otro, de sentir al otro y de participar en él y hacerle partícipe de mí.

            Acunar es sentir que yo soy en ti, siendo a la misma vez tú en mí.

            Acunar es mecer.

            Acunar es cantar.

Acunar es abrazar.

Mecer con ciertas cadencias.

Cantar con ciertos arrullos.

Abrazar de una cierta manera.

De esta cierta manera en la que la paz de Dios se hace realidad a través de la sonrisa de un bebé dormido entre los brazos de su madre.

Quiera Dios que las niñas sigan aprendiendo a mecer muñecas y las madres no olviden nunca el arte de conjurar el miedo de los niños con el canto de una “nana”, el arrullo de su voz y la cadencia de sus brazos.
Dr. José Moyá Trilla.